Vacío, tristeza, rabia, son quizás algunas de las emociones que nos sacuden, cuando recordamos un ser querido, que absurdamente ha dejado este mundo de mortales. Más cuando le recordamos en vida, no podemos evitar el que se nos escape una sonrisa, ante el compañero siempre jovial, dentro del duro trajinar diario. Así era nuestro amigo Douglas Vera, el maracucho. Trabajador de VESEVICA, que en mala hora cayó abatido bajo las balas de la delincuencia, en el cumplimiento de su deber. Hoy le rendimos un merecido homenaje a este compañero, recordándole como un trabajador responsable en sus obligaciones, pero defensor intransigente de sus derechos y de su sindicato; facetas esas que deben servirnos de guía, a todos los que seguimos en la dura y sacrificada profesión de vigilante privado, luchando incansablemente por un mañana mejor. PAZ A SUS RESTOS.
(Homenaje publicado originalmente en nuestro peródico político-sindical GUARDIANES de Septiembre del 2008 ).